test de Lancaster para el estrabismo

Test de Lancaster: qué es y para qué sirve

El Test de Lancaster, también conocido como prueba de Hess-Lancaster, es una herramienta fundamental en el campo de la oftalmología para evaluar la motilidad ocular y diagnosticar problemas de visión doble. A continuación, te contamos todo lo que necesitas saber sobre este test.

¿Qué es el test de Lancaster?

El Test de Lancaster es un procedimiento diagnóstico no invasivo diseñado para estudiar los movimientos oculares. Su principal objetivo es comparar la posición de un ojo con respecto al otro en diferentes posiciones de la mirada.

Mediante esta evaluación detallada, los especialistas pueden identificar qué músculos oculares presentan una movilidad alterada, lo que a menudo es la causa subyacente de la diplopía, o visión doble, que experimenta el paciente. Además, esta prueba juega un papel crucial en el diagnóstico de parálisis parciales o totales de estos músculos, responsables del estrabismo, o desviación ocular.

La información que proporciona el Test de Lancaster va más allá de la simple detección de un problema. Y es que permite comprender la naturaleza específica de la alteración, identificando los músculos exactos involucrados y el tipo de desalineación presente. Esta comprensión profunda es vital para establecer un plan de tratamiento eficaz y personalizado.  

¿A quién va dirigida esta prueba ocular?

El Test de Lancaster se utiliza principalmente para examinar a pacientes que presentan estrabismo, tanto niños como adultos, especialmente aquellos que han desarrollado la condición en la edad adulta y experimentan diplopía. No obstante, su utilidad se extiende a cualquier persona que sufra de visión doble, independientemente de la causa subyacente.

Esta prueba se convierte en una herramienta fundamental para el seguimiento preciso de pacientes con diplopía, permitiendo a los especialistas monitorizar la evolución de su condición y la respuesta a los tratamientos implementados.

Por lo tanto, si bien el estrabismo es una indicación común, cualquier persona que note una visión doble persistente podría beneficiarse de una evaluación con el Test de Lancaster para determinar la causa y recibir la atención oftalmológica adecuada.  

¿Cómo se hace el Test de Lancaster? Te explicamos el paso a paso

Antes de realizar el Test de Lancaster en IOMESDE, el paciente se sentará cómodamente con la cabeza a la altura de una pantalla especialmente diseñada para la prueba. Se le proporcionarán unas gafas con una lente verde en un ojo y una lente roja en el otro.

En algunos casos, el especialista puede optar por ocluir un ojo del paciente durante al menos 30 minutos antes de la prueba. Este paso, conocido como oclusión monocular, ayuda a eliminar la influencia del tono de vergencia fusional, una adaptación neurológica que puede estar presente en pacientes capaces de lograr la fusión de imágenes en ciertas posiciones de la mirada.

Comprender que el uso de gafas de colores y la posible oclusión previa tienen como objetivo disociar la visión de ambos ojos permite a los especialistas evaluar de manera aislada el movimiento de cada ojo, lo que resulta crucial para un diagnóstico preciso.  

Durante la evaluación: la interacción con el especialista

Durante la prueba, se proyectarán dos luces de diferentes colores, una roja y una verde, sobre la pantalla situada frente al paciente. El paciente, manteniendo la cabeza inmóvil, deberá indicar con una linterna dónde percibe la luz que el examinador proyecta. El especialista irá señalando diversas posiciones de la mirada, tanto centrales como periféricas (nueve centrales y doce periféricas), con una luz.

test de Lancaster cómo se hace

El paciente, a su vez, intentará alinear su propia luz sobre la del examinador. Dependiendo del ojo que se esté evaluando en ese momento, la luz del paciente aparecerá roja o verde, en correspondencia con el color de la lente de sus gafas. En algunas variaciones de la prueba, el examinador puede centrar una línea de luz roja o verde en una cuadrícula y pedir al paciente que superponga su propia línea de luz sobre ella.

Es importante destacar que la prueba es no invasiva y se basa en gran medida en las respuestas subjetivas del paciente, lo que requiere su colaboración activa para obtener resultados fiables.  

¿Cuánto dura el test?

El Test de Lancaster es un procedimiento relativamente rápido, que generalmente no supera los 10 minutos de duración. Esta eficiencia es una ventaja significativa, ya que permite obtener información diagnóstica valiosa en un tiempo reducido, minimizando la incomodidad para el paciente.

La brevedad de la prueba no compromete su eficacia; al contrario, está diseñada para recoger los datos necesarios de manera concisa, proporcionando a los especialistas una visión clara del funcionamiento de los músculos oculares del paciente en las diferentes posiciones de la mirada.  

Interpretación de los resultados del Test de Lancaster

La clave para interpretar los resultados del Test de Lancaster reside en la medición de la desviación entre la luz proyectada por el examinador y la posición en la que el paciente indica verla. Esta diferencia se registra cuidadosamente en una plantilla especial, donde se representan todas las posiciones de la mirada evaluadas. Al comparar las respuestas del paciente con esta plantilla, los especialistas pueden determinar qué músculos oculares están paralizados o presentan una función anómala.

La prueba no solo revela la presencia de una desviación ocular, sino que también permite cuantificarla con precisión, proporcionando una medida objetiva del grado de desalineación. Esta capacidad de obtener datos cuantificables subraya la fiabilidad del Test de Lancaster como herramienta diagnóstica.  

El Test de Lancaster es particularmente eficaz para identificar qué músculos extraoculares tienen una movilidad alterada. Al evaluar la capacidad de cada ojo para moverse en las nueve direcciones principales de la mirada, la prueba puede detectar debilidad o incluso parálisis total de uno o varios de estos músculos.

Esta información resulta crucial porque los problemas en los músculos oculares son una causa común de síntomas como la dificultad para enfocar o la visión doble en ciertas direcciones. Al precisar cuáles músculos están afectados, es posible comprender mejor la causa de los síntomas del paciente y diseñar un tratamiento más específico y efectivo.  

Una distinción importante que el Test de Lancaster ayuda a establecer es entre las desviaciones comitantes e incomitantes. Una desviación comitante se caracteriza por ser aproximadamente la misma en todas las direcciones de la mirada, mientras que una desviación incomitante varía según la dirección en la que se miran los ojos.

Las desviaciones incomitantes suelen estar presentes en pacientes con estrabismo paralítico, mecánico o restrictivo. Esta diferenciación es valiosa ya que las desviaciones comitantes a menudo se observan en el estrabismo infantil, mientras que las desviaciones incomitantes pueden sugerir un problema neurológico o muscular más reciente o específico. Comprender esta diferencia ayuda a los especialistas a enfocar su investigación diagnóstica y a planificar el tratamiento más adecuado para cada paciente.

¿Por qué es tan importante el Test de Lancaster?

El Test de Lancaster es una herramienta fundamental para evaluar la alineación ocular en pacientes con estrabismo paralítico o restrictivo. Su capacidad para evaluar con precisión las desviaciones horizontales (heterotropia, heteroforia), verticales y torsionales (ciclotropia, cicloforia) en las nueve posiciones diagnósticas de la mirada lo convierte en un examen exhaustivo y detallado.

La habilidad de detectar incluso las desviaciones rotacionales, que pueden pasar desapercibidas en evaluaciones más simples, subraya la especialización y el valor diagnóstico del Test de Lancaster.  

Además de su papel en el diagnóstico inicial, el Test de Lancaster es esencial para el seguimiento adecuado de pacientes con diplopía o visión doble. Permite a los especialistas monitorizar la evolución de la condición a lo largo del tiempo y evaluar la eficacia de los tratamientos implementados, como la terapia visual o la cirugía de estrabismo.

Por ejemplo, al repetir la prueba después de una intervención, se puede objetivar la mejora en la alineación ocular y ajustar el plan de tratamiento si es necesario. Esta capacidad de seguimiento objetivo es crucial para garantizar los mejores resultados para la salud visual del paciente.  

Los resultados detallados que proporciona el Test de Lancaster son invaluables para la planificación de un tratamiento individualizado. Al identificar con precisión los músculos afectados y el tipo de desviación presente, los oftalmólogos pueden diseñar estrategias de tratamiento a medida para las necesidades específicas de cada paciente.

La creación de un esquema estrabológico junto con los resultados del test permite al especialista tener una visión global de la situación y determinar el curso de acción más apropiado, lo que puede traducirse en resultados más exitosos y una mejor calidad de vida para el paciente.

IOMESDE, tu clínica oftalmológica de confianza

En IOMESDE contamos con equipos y tecnología de última generación para llevar a cabo el Test de Lancaster y otras evaluaciones oftalmológicas. Por eso, si experimentas visión doble o tienes preocupaciones sobre la alineación de tus ojos, no dudes en pedir cita para una evaluación en nuestra clínica de oftalmología en Granollers. ¡Estaremos encantados de ayudarte!

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