Hipermetropía

Síntomas de la hipermetropía

El síntoma más común de la hipermetropía es la visión borrosa de cerca. A veces, especialmente cuando es leve (menos de 2 dioptrías), las personas pueden compensar este defecto mediante un esfuerzo de acomodación del cristalino, la lente natural dentro del ojo cuya flexibilidad nos permite enfocar a diferentes distancias. Esto puede hacer que no sean conscientes del problema refractivo hasta alrededor de los 40 años, cuando comienzan los síntomas de vista cansada o presbicia.

Además de la visión borrosa de cerca, otros síntomas frecuentes de la hipermetropía son los siguientes:

• Fatiga visual
• Dolor de cabeza
• Ojos rojos
• Picor ocular

Es importante estar atento en los niños, ya que la hipermetropía no corregida puede ser una causa importante de fracaso escolar o problemas de adaptación. Además, en algunos casos, si la hipermetropía infantil no se corrige a tiempo, puede acabar provocando ojo vago o estrabismo.

Causas de la hipermetropía

Este defecto refractivo se debe al hecho de que la longitud del ojo es más corta de lo normal o porque la córnea es demasiada plana, lo que provoca que las imágenes se enfoquen detrás de la retina.

Por norma general, los niños al nacer son hipermétropes, principalmente porque su sistema visual no está completamente desarrollado y tienen ojos pequeños en proporción a su cuerpo. Con el paso de los años, tiende a disminuir y suele desaparecer hacia la edad de 8-10 años. Sin embargo, si persiste más allá de esta edad, es probable que el defecto refractivo continúe en la edad adulta.

¿Se puede prevenir?

Este defecto refractivo no se puede prevenir, pero es importante realizar revisiones periódicas para detectarla de forma precoz. Esto es especialmente importante en el caso de los niños, ya que en muchos casos no presentan síntomas, porque puede ser causa de ambliopía u ojo vago.

En los adultos ya diagnosticados, también se aconseja realizar revisiones anuales, puesto que se relaciona con la aparición de otras enfermedades oculares como el glaucoma de ángulo estrecho.

Tratamiento de la hipermetropía

El tratamiento más habitual es la corrección con gafas o lentes de contacto, ya que se trata de la opción más sencilla. Sin embargo, también puede corregirse mediante técnicas quirúrgicas. Se trata de las siguientes:

• Cirugía láser sobre la córnea en hipermetropías bajas. Se trata de un tratamiento totalmente seguro y eficaz.
• Cirugía intraocular mediante lentes fáquicas (entre el cristalino y el iris) o pseudofáquicas (extrayendo el cristalino).

En cualquier caso, conviene señalar que el tratamiento de la hipermetropía debe ser individualizado para cada paciente. Para ello será necesario realizar un exhaustivo estudio oftalmológico para decidir si el paciente es un buen candidato para la cirugía, y para determinar cuál es la técnica más adecuada.