agudeza visual

Qué es la agudeza visual y cómo se mide

¿Alguna vez te has preguntado por qué ves de forma tan nítida el mundo? La agudeza visual es la capacidad de distinguir detalles y formas con precisión, un factor esencial en la salud ocular. En IOMESDE, sabemos que una buena visión va más allá de ver «borroso o claro». Por eso, te explicamos todo lo que necesitas saber sobre la agudeza visual, cómo se evalúa y por qué debería importarte.

¿Qué es la agudeza visual y por qué es importante?

La agudeza visual se define como la habilidad de nuestro sistema visual para discernir detalles con nitidez a una distancia y bajo ciertas condiciones. En términos más sencillos, es la capacidad de ver los objetos de forma clara y distinguirlos unos de otros.

Esta facultad nos permite percibir los detalles finos de un objeto sobre un fondo uniforme o notar que dos objetos muy cercanos están, en efecto, separados. Una buena agudeza visual se asocia directamente con una mejor calidad de visión y, por ende, con una salud ocular óptima.  

La importancia de la agudeza visual se extiende a prácticamente todos los aspectos de nuestra vida diaria. Desde tareas básicas como leer un libro o un mensaje en el teléfono móvil hasta actividades más complejas como conducir un vehículo, practicar deportes o incluso interactuar socialmente, una visión clara es fundamental.

Para obtener o renovar el permiso de conducción, por ejemplo, se requiere una agudeza visual mínima, lo que subraya su papel en la seguridad vial. Además, en el ámbito laboral, un buen rendimiento en trabajos que exigen precisión visual, como en oficinas, artesanías o actividades científicas, depende directamente de nuestra capacidad para ver con claridad.

En última instancia, una agudeza visual adecuada mejora nuestra calidad de vida, permitiéndonos mantener nuestra independencia y seguridad en diversas situaciones cotidianas.  

¿Qué factores influyen en la agudeza visual?

La agudeza visual no es una característica estática. Y es que está influenciada por una variedad de factores, algunos de los cuales están intrínsecamente ligados a nuestra biología, mientras que otros responden a nuestro entorno y hábitos. Comprender estos elementos puede ayudarnos a tomar medidas proactivas para preservar nuestra visión a lo largo del tiempo.  

La genética juega un papel fundamental en la determinación de nuestra agudeza visual. Muchos errores refractivos, como la miopía, la hipermetropía y el astigmatismo, así como ciertas enfermedades oculares, tienen una base hereditaria. Esta predisposición genética puede influir en la forma en que nuestros ojos enfocan la luz sobre la retina.

La edad es otro factor ineludible que afecta la agudeza visual. A lo largo de las diferentes etapas de la vida, nuestros ojos experimentan cambios. En la infancia y la adolescencia, los ojos están en desarrollo y pueden ocurrir cambios rápidos en la visión. En la juventud, la agudeza visual tiende a ser más estable.

Sin embargo, con el avance de la edad, es común experimentar una disminución en la agudeza visual debido a condiciones relacionadas con el envejecimiento, como la presbicia, las cataratas y la degeneración macular asociada a la edad (DMAE). Hacia los 60 años, las pupilas pueden disminuir significativamente de tamaño, y los músculos oculares pueden volverse menos capaces de rotar completamente el ojo, lo que gradualmente puede reducir la nitidez de la visión.  

Además de la genética y la edad, la salud ocular general tiene un impacto directo en la agudeza visual. La precisión con la que la córnea y el cristalino del ojo enfocan la luz sobre la retina, la sensibilidad de los nervios de la retina y de los centros de la visión del cerebro, y la capacidad del cerebro para interpretar la información recibida de los ojos son cruciales.

Condiciones como cataratas, glaucoma, degeneración macular asociada a la edad (DMAE), retinopatía diabética y ambliopía (ojo vago) pueden afectar negativamente la agudeza visual. Lesiones oculares que dañan la córnea, la retina o el nervio óptico también pueden tener consecuencias significativas en la visión.  

Finalmente, nuestros hábitos y estilo de vida también influyen en la agudeza visual. Comer alimentos buenos para la vista, ricos en vitaminas y minerales, especialmente vitamina A, C, E, zinc y ácidos grasos omega-3, es esencial para la salud ocular. El uso prolongado de dispositivos electrónicos puede causar fatiga ocular y visión borrosa temporal.

Por otra parte, proteger los ojos de la exposición excesiva a la luz solar mediante el uso de gafas de sol con protección UV es fundamental para prevenir daños a largo plazo.

Formas de medir la agudeza visual

La medición de la agudeza visual es un componente esencial de cualquier examen oftalmológico completo. En IOMESDE, utilizamos diversas pruebas para evaluar la capacidad visual con precisión.

La prueba más común y reconocida a nivel mundial es la tabla de Snellen. La tabla de Snellen, diseñada en el siglo XIX por el oftalmólogo holandés Hermann Snellen, consiste en una serie de filas de letras que disminuyen de tamaño de arriba hacia abajo. Durante la prueba, se pide al paciente que lea cada fila desde una distancia estándar, generalmente 20 pies (aproximadamente 6 metros).

El resultado de esta prueba se expresa como una fracción, como 20/20. El número superior siempre es la distancia a la que el paciente se encuentra de la tabla (20 pies), y el número inferior indica la distancia a la que una persona con visión normal podría leer la misma línea.

Por ejemplo, una visión de 20/20 significa que el paciente puede ver a 20 pies lo que una persona con visión normal puede ver a esa misma distancia, lo que a menudo se considera una agudeza visual «normal». Un resultado de 20/40 indica puede ver a 20 pies lo que una persona con visión normal puede ver a 40 pies, lo que sugiere una agudeza visual reducida. Por el contrario, una visión de 20/15 significa que la agudeza visual del paciente es incluso mejor que el promedio.  

Además de la tabla de Snellen, pueden utilizarse otras pruebas complementarias para obtener una evaluación más completa de la agudeza visual. Una de ellas es el test de Landolt, también conocido como el test C de Landolt, donde se presentan anillos con una apertura en diferentes orientaciones, y se pide al paciente que identifique dónde se encuentra la abertura. Al igual que en el test de Snellen, el tamaño de los anillos disminuye progresivamente. Esta prueba puede ser útil en casos especiales o para personas que no pueden leer letras.  

El test de contraste evalúa la capacidad para distinguir un objeto del fondo en el que se encuentra. En esta prueba, se pide al paciente que indique qué círculos son grises y cuáles tienen rayas blancas y negras, lo que ayuda a determinar su sensibilidad al contraste visual.  

Es importante destacar que la agudeza visual con correctores (AVcc) es un dato crucial. Este valor indica la máxima visión que se alcanza con la graduación exacta necesaria en gafas o lentes de contacto, lo que nos permite saber si la corrección prescrita logra la mejor visión posible.

Causas que disminuyen la agudeza visual

Una disminución en la agudeza visual puede ser motivo de preocupación, pero es importante recordar que en la mayoría de casos existen soluciones efectivas. En IOMESDE, estamos preparados para diagnosticar y abordar una amplia gama de condiciones que pueden afectar a la visión.

Los errores refractivos (miopía, hipermetropía, astigmatismo y presbicia) son causas comunes debido a la forma del ojo, impidiendo un enfoque correcto en la retina. En IOMESDE los corregimos con gafas, lentes de contacto o cirugía refractiva.

Las cataratas también causan visión borrosa. Su tratamiento efectivo es la cirugía con reemplazo del cristalino opaco por una lente artificial, procedimiento realizado con técnicas avanzadas por nuestros cirujanos expertos en IOMESDE.

El glaucoma daña el nervio óptico y puede causar pérdida de visión irreversible, siendo crucial la detección temprana mediante revisiones regulares, ya que suele ser asintomático al inicio. En IOMESDE ofrecemos tratamientos (medicamentos, láser y cirugía) para controlar la presión intraocular y preservar la visión.

La degeneración macular asociada a la edad (DMAE) afecta la visión central detallada, dificultando actividades como leer. Aunque no tiene cura, en IOMESDE ofrecemos tratamientos y estrategias para controlar su avance y minimizar la pérdida de visión.

Otras afecciones como la retinopatía diabética, ambliopía, desprendimiento de retina y neuritis óptica también disminuyen la agudeza visual. Afortunadamente, hoy en día estamos capacitados para diagnosticar y tratar integralmente estas y otras patologías oculares para proteger la visión.

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